Senderismo en Kioto: el pueblo de Takao
Descubre este tesoro de la Naturaleza inscrito en el Patrimonio mundial que se conserva apartado de las multitudes aunque muy cerquita de Kioto. Una bocanada de aire puro, un torrente de aguas cristalinas y naturaleza preservada y salvaje.
Salir del Kioto urbano, y adentrarte en la Kioto rural
Templos budistas colgados de las montañas y arces flamígeros en otoño: ese es el paisaje que ofrece el pueblito de Takao, un lugar ideal para ir de excursión al que se llega desde Kioto en menos de una hora.
Al salir de Kioto, la carretera se hace enseguida sinuosa y los grandes cedros japoneses a su lado se aferran a las pendientes empinadas y empujan sus troncos largos y rectos hacia la luz. Las casas son cada vez más escasas. Kioto, sin querer, ha cambiado. La ciudad ruidosa está allá abajo, en la llanura, con sus 2 millones de habitantes y acá, en pocos minutos, un pueblo de montaña.
Templos budistas encaramados a las montañas
El autobús llega hasta un pequeño aparcamiento del que sale unas escaleras con musgo. Muy rápidamente, la sombra de los enormes árboles forma una bóveda impenetrable muy por encima de las cabezas, dándole al lugar una aureola de misticismo que era exactamente lo que buscaba su fundador, el célebre monje Myoe. Se llega seguidamente al Kozan-ji. Aquí mismo se construyeron numerosos edificios de los que solamente ha sobrevivido, desde el año 1200, el Sekisui-in: La piedra y el agua. Todo es sobriedad. Estamos en la era de Kamakura y los guerreros son los maestros en este país.
En estas montañas y en este templo es donde se diseñaron esos largos rodillos con dibujos que se llaman "chôjû giga". Escenas satíricas de aquella época acerca de la vida de los monjes, con rasgos de animales, considerados por algunos de los grandes nombres de la animación japonesa como los primeros mangas.
Paisaje de montaña japonés
El paseo continúa a lo largo del río bordeado por arces y, por un pequeño puente arqueado, se llega a un segundo templo. Es posible descansar en las encantadoras pequeñas posadas, viendo la corriente, sentados en tatamis, al pie de la escalera que lleva al tercer templo, el Jingo-ji. Este último está encaramado a una meseta que domina el torrente. La serie de edificios dispersos bajo la frondosa vegetación dan al conjunto un aspecto de amplitud y serenidad.
Al dejar atrás la última cabaña, nos rodea la naturaleza salvaje. Cascadas y estanques con extraños reflejos entre verdes y azules invitan a bañarse al entrar los días calurosos, no es extraño cruzarse con algún grupo de simpáticos estudiantes que preparan una barbacoa de pescado en la arena...
Una caminata fácil
Si todavía tienes energías y quieres más aventura, se puede llegar a la ciudad a pie por Adashino y su bien surtida calle comercial bordeada por bonitas casas, algunas todavía con tejado de paja. Al final de esta bella jornada, también puedes pasear bajo los brotes verdes de la arboleda de bambú o sentarte y meditar ante el notable jardín zen de Tenryu-ji.
Una visita guiada flexible y personalizada
En nuestra serie de jornadas para llevar a cabo descubrimientos que tu guía organiza para ti, te ofrecemos además la posibilidad de que contactes con tu guía previamente si tienes alguna petición específica (restricciones de tu dieta, elementos del programa sobre los que te gustaría charlar, etc.). Almorzarás con tu guía en un restaurante de la ruta, asesorado por tu guía, según lo que prefieras.
* Lamentablemente el español no forma parte de los idiomas que tenemos previstos para esta visita. Te ofrecemos hacer la visita en inglés.
El punto de encuentro es a las 9 de la mañana en la parada de autobús de la estación de Nijo, en el lado este ("higashi") de la estación, en la calle Sembon-dori.
Ten previsto gastarte unos 700 yenes en transporte, 800 yenes en comida y unos 1.000 yenes en las entradas a los templos.
Política de cancelación:
Hasta 7 días antes: 0%
Entre 7 días antes y las 17h de la víspera: 50%
Después de las 17h de la víspera, y el día de la visita: 100%
Nivel de la caminata: Fácil.
Ubicación