El matrimonio en Japón 結婚
¡Vivan los novios!
El matrimonio se ha convertido en una verdadera industria en Japón - hay que elegir entre una boda tradicional japonesa, o una al estilo occidental.
El matrimonio es una institución importante en Japón, un país donde solamente 2% de nacimientos son fuera del matrimonio. Evidentemente el matrimonio es popular y en todo caso está bien arraigado en las costumbres tradicionales.
Para casarse en Japón (entre japoneses) el hombre debe ser mayores de 18 años de edad y la mujer mayor de 16. Sin embargo, las encuestas muestran que el matrimonio ahora sucede alrededor de los 30 años para los hombres y los 29 años para las mujeres. Esta cifra ha aumentado significativamente en las últimas décadas.
Para casarse ante la ley sólo hay que presentar una declaración en el ayuntamiento. Dos testigos y un sello oficial en el documento son suficientes como confirmación. Luego, los recién casados se registran en el koseki, el registro de estado civil japonés.
Por lo general las mujeres adoptan el nombre de su marido porque la ley no permite que las parejas tengan diferentes nombres estando casados.
Tipos de boda
Antes de la boda solía haber una ceremonia tradicional de compromiso (yuino) que se llevaba a cabo para unir a las dos familias. El matrimonio tenía lugar en la casa de la familia del novio. Esta ceremonia ya no se practica.
Las ceremonias de boda japonesas han cambiado mucho desde la restauración del Imperio en 1868. A continuación algunos de los principales cambios:
- En 1892, apareció el butsuzenshiki. Se trata de una ceremonia de boda budista oficiada por un monje que se lleva a cabo en el templo de la familia. Estuvo de moda por algunos años y luego fue reemplazada por la ceremonia de bodas sintoísta. Hoy en día es raro ver una ceremonia butsuzenshiki.
- En 1900, se popularizó el shinzenshiki, la ceremonia de boda tradicional sintoísta. Cuando el futuro emperador Taisho Tenno se casó en un templo shinto, todos quisieron imitarlo y así comenzó la moda. Durante esta ceremonia tradicional el novio lleva una haorihakama, un kimono ceremonial de dos piezas y la novia un kimono blanco nupcial o shiromuku, símbolo de inocencia, y un wataboshi, que es un tocado grade de seda blanca que sirve para ocultar su rostro hasta el final de la ceremonia.
- Después de la segunda guerra mundial el kyokaishiki comenzó a ganar popularidad. Esto marca el comienzo de la moda del matrimonio al estilo occidental, con la ceremonia en la capilla, la novia con un traje blanco y el novio con smocking blanco también.
- El jinzenshiki y el hitomaeshiki, no son ceremonias religiosas. Las parejas se prometen lealtad frente a sus familias y amigos cercanos durante una comida en un restaurante, salón de bodas, o en un hotel o jardín.
- Hoy en día algunas parejas ni siquiera celebran su matrimonio en Japón, sino que viajan al extranjero para una ceremonia más íntima y la luna de miel.
Para satisfacer las demandas de las parejas modernas, hoy día existen muchas agencias especializadas que planean todo lo relacionado con bodas. Muchas veces estas empresas tienen una capilla estilo occidental o un salón de bodas sintoísta para la ceremonia y un gran salón de banquetes para la fiesta. Todo a su vez está unido a un hotel de lujo para recibir a todos los invitados.
Existen servicios integrales que van desde el alquiler del vestido de novia (las novias japonesas casi nunca lo compran) hasta un fotógrafo: la cuenta puede llegar a ser bastante alta debido a los servicios de las agencias.
En resumen, es todo un negocio y es por eso que hoy en día algunas parejas están optando cada vez más acortar y simplificar estas ceremonias, evitando gastos astronómicos y así iniciar una nueva vida más simple.
Puntual como un reloj
Los matrimonios japoneses rara vez son como los de Europa o los EE.UU., donde estos pueden durar todo el día o toda la noche. En Japón, en los lugares dedicados a estas ceremonias se organizan hasta dos bodas al día, una por la mañana (a partir de las 10) y otra por la tarde, al empezar la noche.
Todas las ceremonias básicamente ocurren de la misma manera, gracias al maestro (o maestra) de ceremonias en los cuales las familias confían para que todo salga bien. Este, con el cronómetro en la mano, va llamado a los invitados previstos para dar los discursos.
Por último, llega el momento de recoger los sobres con dinero que traen los invitados a los recién casados. Puede parecer impersonal sólo dar dinero, pero en realidad, a menudo no están permitidos otros tipos de regalos.