El sintoísmo
Un sin número de deidades
El shinto o sintoismo, "el camino divino", es una religión que adora las fuerzas de la naturaleza, una creencia animista y chamánica que se basan en el respeto de las divinidades llamadas kami.
Literalmente, kami significa «lo que está por encima de los hombres» o «superior a la condición humana», pero este término se traduce a menudo como «dios» o «espíritu». Es difícil saber el origen de los kami pero según el mito, la diosa Izanami y Izanagi son la pareja divina celestial que dio a luz al archipiélago. Amaterasu, la diosa del sol, es el antepasado directo del propio emperador. Más allá de los mitos, el sintoísmo busca las relaciones armoniosas entre los seres humanos, la naturaleza y los kami.
La tradición identifica «ochocientas miríadas» de kamis, es decir, un número infinito. Si bien los antepasados o héroes valientes del pasado también se pueden convertir en kami después de su muerte, este culto arcaico deifica en primer lugar a los elementos de la naturaleza. Las deidades, celestes y terrestres, están en todas partes y son los guardianes de los lugares, protegen los bosques, habitan al pie de las cascadas, viven debajo de las rocas...
Paréntesis
De 1868 a 1945, para estimular el orgullo nacionalista y militarista, las autoridades imperiales proclamaron el sintoísmo como religión de Estado. Este enfoque fue un desvío de la antigua adoración de los kami y tiene poco en común con las creencias populares. Con este sentido ideológico, el sueño de la pureza del sintoísmo exaltó el sombrío retorno a los orígenes de la raza. La voluntad política fue entonces la de rechazar el budismo, como espiritualidad venida del extranjero.
Ritos y prácticas
Los sacerdotes sintoístas se reconocen por sus gorros negros y largos vestidos blancos y deben «conocer los rituales que controlan las fuerzas sobrenaturales».
El sintoísmo no tiene fundador, no tiene ningún dogma, ni un código moral. Esta creencia no establece una clara separación entre lo sagrado y lo profano. No es una religión altamente codificada ni con teorías, tampoco pretende explicar el mundo. El Kojiki («Notas sobre hechos antiguos»), narra los orígenes mitológicos de Japón y es una de las piedras angulares del sintoísmo. Este texto antiguo escrito en el año 712 habla de religión e historia del país y cuenta la ascendencia divina del emperador.
El sintoísmo es un conjunto de prácticas y rituales que impregnan muchos aspectos de la vida diaria. Tanto en las ciudades como en el campo se les erigen altares a los kami «poseedores de la tierra» para asegurarse de obtener sus favores. No es raro ver pequeños altares dedicados a estas divinidades dentro de las grandes empresas comerciales japonesas. En las entradas de los edificios se suele colocar una cuerda sagrada (la shimenawa) que, según el culto sintoísta, encarna la pureza del lugar y lo protege. En una ceremonia de boda sintoísta, la pareja solemnemente bebe sake, una bebida celestial, en tres copas de laca roja que se intercambian tres veces para sellar su unión. El vino de arroz también es depositado y ofrecido a los kami en los santuarios sintoístas, caracterizados por su portal sagrado (torii).
En los santuarios sintoístas, los fieles se lavan las manos y se enjuagan la boca con agua usando un cucharón de madera antes de rezar inclinándose con las manos a la altura de la cara. El agua que fluye también es un elemento clave de esta religión. Antes de sumergirse en el baño o en las aguas termales es necesario purificarse ritualmente, lo cual muestra la importancia de siempre estar limpio y purificado.