Todos los agostos (el 26 este 2017) una explosión de formas y colores se apodera del cielo de Miyajima. Con el Santuario de Itsukushima de fondo, este es un espectáculo inolvidable.
Barcos medievales que se deslizan sobre el agua acompañados por el sonido embriagador de los tambores, flautas, otros instrumentos de cuerda y el ruido de una multitud alborotada.