La casa zen de Kanazawa se llama Daijoji. Este templo, refugio de los fieles de la secta Soto, recibe con agrado a todo aquel que quiera participar en sus servicios religiosos.
En el templo Ninja-dera de Kanazawa no hay que fiarse de las apariencias. Detrás de su aspecto de edificio ordinario se esconde un castillo lleno de trampas.
No todo lo que brilla es oro. En el templo Tentokuin, el tesoro no se encuentra en el lugar de culto sino en su puerta, ligada al destino de una princesa.