Hamadaya 濱田屋
Sésamo y agua dulce
"Agua pura y el corazón puro de quien fabrica el queso: sin esto no es posible el buen tofu"
dixit la familia IMAI en Estaciones Japonesas, Nicole-Lise Bernheim (1999)
Para el budismo el disfrutar de la comida no es un pecado. Sin embargo, los monjes budistas tienen que contentarse con lo estrictamente necesario y viven de la frugal y extremadamente delicada shojin ryori (cocina vegetariana monástica). Pero los monjes de Koyasan tiene permiso para un pequeño gusto extra, el gomadofu.
El gomadofu se diferencia de los otros quesos pues no esta hecho de soja sino de semillas de sésamo. La familia Imai, propietarios de la tienda Hamadaya, producen las mejores ejemplares de toda la ciudad sagrada. ¿El secreto de su fama? Algunos dicen que se debe a las virtudes de la fuente de agua pura que brota en sus tierras (y que los clientes también pueden degustar). Nicole-Lise Bernheim se pregunta si también puede ser un efecto de las numerosas oraciones que la familia ofrece frente a los recipientes donde se preparan las mezclas.
El hecho es que el gomadofu elaborado en Hamadaya (donde también se hece el tofu a base de soja) tiene un sabor inolvidable que viene de las ancestrales técnicas de producción.
El gomadofu se sirve flotando en una salsa de soja y se decora con un poco de wasabi (rábano japonés verde picante). También se puede servir como postre, con mucha azúcar. El gomadofu es una especialidad de la cocina monacal.