El Pabellón Senjokaku 千畳閣
Los mil y un tatami
En Miyajima el mar y el cielo se mezclan en un viejo edificio de madera. El pabellón de los mil y un tatami (Senjokaku) se eleva sobre el Santuario de Itsukushima, el centro de la vida religiosa y turística de la isla.
Al principio, su apariencia desnuda no intriga mucho. No hay paredes sino madera rústica y un centenar de pilares. Aunque el edificio es bonito, es obvio que algo le falta. Pero una vez que uno entra y mira hacia arriba ve que el gigantesco techo está cubierto con un mosaico de pinturas cuyos temas son tan variados como los estilos y épocas de su construcción. Batallas medievales, representaciones budistas, paisajes y animales en un estilo moderno, el ojo no sabe a dónde ir.
Este pabellón fue construido por iniciativa de una de las figuras más famosas de la historia de Japón, el shogun Toyotomi Hideyoshi (1536-1598). En 1587, él ordenó la construcción de una enorme sala donde los monjes pudieran copiar sutras en un lugar perfectamente aislado, en medio de la naturaleza. Pero la muerte del general de guerra impidió la culminación del edificio y sus columnas se dejaron al desnudo a pesar de que se les había asignado el color bermellón.
Además de tener un excepcional techo, este templo tiene un corredor que se mete hacia la bahía de la isla y el famoso torii flotante. No lejos de ahí está la pagoda de cinco pisos adjunta al pabellón, cuya altura contrasta con el largo Senjokaku. Te recomendamos que pases por aquí para tomar un poco de aire fresco antes de iniciar la subida del Monte Misen.