La Catedral de Urakami 浦上天主堂
Símbolo de la bomba atómica en Nagasaki
Hiroshima tiene su cúpula que sobrevivió la bomba atómica. Nagasaki, por su lado, tiene la catedral de Urakami, un trágico testimonio de la historia de esta ciudad multicultural..
El 9 de agosto de 1945 a las 10:58, los fieles que venían a misa se reunían en la catedral de Urakami, cuando a 500 metros más arriba, explotaba la bomba atómica de plutonio Fat Man. Situado en el epicentro de la explosión, el vasto edificio de piedra y ladrillo se derrumbó. Sólo quedaron en pie unos pocos pilares y estatuas, incluyendo el famoso St. Agnes de Nagasaki, ahora en exhibición en la sede de la ONU en Nueva York.
Los cristianos escondidos de Nagasaki
Urakami tenía una antigua comunidad de cristianos escondidos, los kakure kirishitan, que sobrevivieron la persecución religiosa. Ellos salieron de sus escondites en el período Meiji, ante el asombro de los misioneros franceses que construyeron la catedral de la diócesis de Nagasaki, la más grande de Asia en su tiempo. El edificio de ladrillo rojo y estilo neorrománico acogía a unos 9000 miembros de la comunidad pero desapareció por completo en el bombardeo.
Un patrimonio desconocido
A diferencia de Hiroshima donde el domo fue dejado tal cual, la catedral de Urakami fue reconstruida en 1959 por las autoridades municipales. Esto explica por qué el lugar es menos visitado y no ha sido incluido como un patrimonio de la UNESCO. El edificio actual es idéntico a la iglesia original y exhibe estatuas como la Virgen de Nagasaki, que tiene un impresionante rostro trágico, ennegrecido por la bomba.
Los restos de la primera catedral fueron trasladados no muy lejos de aquí y se pueden visitar. También se pueden ver pedazos de las torres a un centenar de metros de allí. El Museo de la bomba también exhibe varios objetos extraídos de las ruinas como la campana de la catedral. El lugar es tranquilo y está en un barrio sereno que parece haber olvidado el pasado.
Recientemente se ha anunciado la construcción de un museo cerca de la catedral que será consagrado a los cristianos escondidos de Nagasaki y del resto de Japón. Se espera su culminación para el 2018.