La ruta de peregrinación de Shikoku お遍路
El camino de los 88 templos
En la isla de Shikoku, la peregrinación de los 88 templos budistas es una de las rutas más famosas del mundo. Un Camino de Santiago a lo japonés. Accesible para todos, atrévete con esta aventura espiritual única.
El peregrinación de Shikoku, ohenro en japonés, consiste en un circuito de entre 1100 km y 1400 km, según la ruta elegida, a través de 88 templos. El objetivo: seguir los pasos del monje Kūkai, también llamado Kōbō Daishi (774-835), fundador de la escuela Shingon. Shikoku era su isla natal. Mientras viajaba de templo en templo, practicaba Sādhana, una vía espiritual.
Originalmente, la peregrinación de Shikoku estaba reservada solo a los religiosos. Al final de la guerra del periodo Sengoku (de mediados del siglo XV a finales del XVI), cuando la sociedad japonesa se estabilizó, se construyó una gran carretera. Pero el camino hacia la isla, al otro lado del Mar Interior de Seto, seguía siendo largo y difícil y permaneció durante mucho tiempo mítico a los ojos del resto del país. Sólo llegó a ser realmente accesible a toda la población a partir del periodo Edo (1603 - 1868).
Una ruta libre
No hay reglas. Hay 88 templos repartidos por toda la isla a través de los pueblos. Dependiendo de tu condición física, elige tu punto de partida, tu ruta y el número de templos que deseas visitar.
Tradicionalmente, se sigue el camino por el número de templos del 1 al 88.
- Del 1 al 23 en la prefectura de Tokushima, llamado el camino de la Iluminación
- Del 24 al 39, el camino de la disciplina en Kōchi.
- Del 45 al 65, el camino de la Iluminación en Ehime.
- Del 66 al 88, el camino al nirvana en Kagawa.
- Al final del viaje, el peregrino se dirige al mausoleo de Kūkai, en el monte Kōya, para agradecerle su protección.
Incluso hoy en día, muchas personas practican este camino a pie para estar lo más cerca posible de la filosofía del maestro. Aunque es posible recorrerlo de otras formas: en bicicleta, en coche o en transporte público.
La vestimenta tradicional
- Byakue, el kimono blanco. Es un atuendo ligado a la muerte porque los primeros peregrinos de Shikoku hacían el viaje arriesgando su vida. Dicho así, da un poco de miedo, pero así son las tradiciones ancestrales japonesas.
- Kongōzue, el bastón es la encarnación de Kūkai, como si camináramos con él. Debe ser purificado al final del día y al entrar a cada templo.
- Sugegasa, un sombrero plano y ancho para protegerse del sol y la lluvia.
- Osamefuda, una tarjeta en la que está escrito el nombre del peregrino y que se muestra a las personas que te dan la bienvenida así como cada vez que pasas por un templo.
- Nōkyōchō, una cartilla especial considerada como el pasaporte del peregrino.
Un ritual codificado
Al llegar al templo, hay que hacer el saludo, la purificación, tocar la campana, colocar el osamefuda, encender velas, quemar incienso, colocar una ofrenda, recitar un sutra, rezar una oración y, a continuación, obtener el sello con tinta roja en la cartilla nōkyōchō. Estos gestos tan codificados deben ser respetados por el peregrino para obtener lo que desea.
La elección del alojamiento
Podrás pasar la noche en los diferentes tipos de alojamiento en el camino, dependiendo de tu presupuesto, especialmente cerca de los templos: pequeñas cabañas para peregrinos (desde ¥300), camping, albergues juveniles (de ¥2.000 a ¥4.000), minshuku (albergue familiar con media pensión, de ¥3.000 a ¥7.000), shukubō en los templos con los monjes (media pensión de ¥5.000 a ¥7.000).
Los habitantes de Shikoku conviven con los peregrinos durante todo el año. Por ello, la cultura del settai (hospitalidad) es muy fuerte en esta región, cuyos lugareños son especialmente acogedores. No es raro encontrarse con personas que ofrecen bebidas o comida. En este caso, se les da la osamefuda para agradecerselo. Estos gestos de solidaridad y convivencia dan la energía necesaria para continuar la peregrinación. Debes saber que también hay áreas de descanso con aseos y, a menudo, la posibilidad de recargar el teléfono móvil.
Las estaciones ideales para realizar la peregrinación son la primavera y el otoño. Es mejor evitar el verano y el invierno por las temperaturas extremas o la nieve.
La meta
Cada peregrino tiene su propia meta. Una búsqueda espiritual, una búsqueda de sí mismo, un reto personal, una enfermedad que hay que curar... Sea cual sea el objetivo, la peregrinación a Shikoku es una aventura rica en encuentros, enseñanzas y recuerdos que marcan toda una vida.